lunes, 17 de noviembre de 2014

60.- RONDA

Vía de obligado tránsito para turistas que quieren observar las excelencias que proporcionan cualquiera de sus balcones o miradores. Sin embargo para los indígenas de los años 80 era un refugio, un hogar, acaso un santuario.
Julián Romero, capitán de los Tercios de Flandes. Sus paisanos casi heredamos el título, no de tercios, pero sí de litronas. Alternadas con las mezclas, muy frías en invierno y algo menos en verano. Mientras ahora las corporaciones municipales pelean contra el botellón, entre estas piedras se gestó esta práctica, bien desarrollada por supuesto.



Pero lo que para algunos es un mero espacio con privilegio para contemplar el Parador, el Puente San Pablo o el Cerro Socorro, para nosotros se trataba del rincón donde cantábamos alrededor de la zurra, en el que mojábamos las camisetas lanzando vasos de agua (a ser posible de las chicas), por el que huíamos de familiares redadas, e incluso donde Jose Luis nos cantaba "El Velero" el día en el que celebrábamos que uno de nuestros primeros quintos se iba a la mili. Sí ,el mismo al que lanzábamos abajo por la higuera próxima a la esquina del tunel.