domingo, 28 de abril de 2019

96.- CAMPAÑAZO ELECTORAL

Coincidiendo con la Semana Santa hemos sufrido una campaña electoral “silenciosa”. ¿La escuchan?

Yo he sentido el redoble de los tambores por calles estrechas y su eco en las paredes de las hoces. He sentido el sonido del trombón abalanzándose sobre mi tulipa, estremeciendo la llama de la vela hasta hacerla desaparecer. He sentido el duro golpeteo de las horquillas sobre ese empedrado que se empeñaron en sustituir algunos mandamases del pasado.

Sin embargo, afortunadamente, no he escuchado la sintonía de cualquier caricatura de partido vociferando sobre la baca de un coche. Ni siquiera, la de un anuncio que te informara del lugar y hora de un mitin protagonizado por el pobre aprendiz de predicador. Se trataba del silencio, la nueva estrategia del siglo XXI.

El “día al azar”, propuesto por el vigente presidente, quiso que la semana decisiva coincidiera con las fiestas de primavera murcianas. Aquí también se sentía el bullicio huertanico repartiendo productos cosechados. Pétalos de flor meciéndose y cubriendo las losas peatonales. Pólvora que provoca sonidos estridentes sobre el cielo ¿contaminado? Cascabeles animados por el trote de caballos y burros ¿maltratados? Paseos de carrozas con bailarinas contoneándose ligeras de ropa ¿explotadas? Vidrios rotos y pisoteados por la muchedumbre ebria ¿maleducada?

Y se seguía notando el silencio, roto por alguna conversación confusa de opiniones vertidas sobre esos debates televisados en los que faltaba Karmele y Matamoros.

He llegado a ver paneles electorales reservados para cada candidatura vacíos de carteles. Quizás señal de unos programas vacíos de ideas y de propuestas.




Hoy acaba este proceso. El mes que viene tenemos otro. Pero sin nazarenos ni sardineros de por medio