domingo, 27 de marzo de 2022

114.- LA MEMORIA

 

Hace unos días mi teléfono móvil sufrió un accidente que le dejó en coma. Sin él, perdí contactos, fotos, datos y, entonces, me di cuenta de que también había perdido memoria, pero de la mía. Una lástima, porque en una libreta guardaba anotaciones de nuevos temas que me permitirían continuar alimentando este blog. Apenas me acuerdo de dos o tres de ellos, así que deberé escudriñar entre el laberinto de mis neuronas hasta encontrar alguno más. Desgraciadamente, la facilidad de acceso a la información está mermando nuestras posibilidades funcionales. 

Mientras uno va sumando años se va dando cuenta del proceso de desgaste natural de nuestro cuerpo. Primero, la vista. Luego las articulaciones. Después … cada cual verá su propia evolución, pero la pérdida de memoria casi no se nota, va gota a gota. ¡Qué sabio consejo el de D. Francisco al insistir en anotarlo todo en un cuadernillo o agenda de bolsillo! Durante más de treinta años le desobedecí (bueno, confieso que alguna tontería que otra he ido apuntando, je je je). Todavía lo hago, pero voy a tener que echar mano de algún recurso para controlar esos deslices. Quizás imite a un amigo mío que utiliza parte de su mano para “tatuarse” con bolígrafo esos nombres, números o datos que no desea olvidar. 

Mi hija me pregunta regularmente sobre eventos en mi juventud. Acaba de cumplir la mayoría de edad y, en su afán de comparar si lo que está viviendo es similar a lo disfrutado en nuestra adolescencia, he descubierto que muchas de las primeras situaciones de la vida se me han borrado. ¿Alguno de vosotros sabe dónde o con quién se tomó su primera cerveza? ¿Era de noche el momento en el que os dieron el primer beso? ¿Estabais nerviosos la tarde que os pusisteis la túnica para sacar el primer banzo? ¿Llovía el día que os examinasteis del carnet de conducir? ¿Cuál fue la primera película que viste en el cine?

El cerebro es tan caprichoso que en ocasiones nos saca de su baúl detalles estúpidos o intrascendentes que ocurrieron hace décadas. Anécdotas que, a base de contarlas y recrearlas, se han anclado en algún lugar de la cabeza y se mantienen ahí esperando a salir de nuevo al ruedo. 

Un joven indio consigue ganar un concurso millonario en una película gracias a que muchas de las respuestas las vivió personalmente en su infancia. Podía sucedernos a nosotros también. ¿Quién presentaba junto a Ana Obregón y Pedro Ruiz el programa que dirigía este último? ¿En qué año se celebró el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN? ¿Quién metió dos goles en la prórroga el día que el Real Madrid remontó al Inter de Milán un 3-1? ¿Cómo se llamaba la vaca “domesticada” que corría las calles de Cuenca en San Mateo? ¿En qué recinto apuñalaron a un chaval en un concierto de Scorpions en Madrid? Y ya, para los premios gordos: ¿En qué año se realizó la última restauración de La Anunciación de Fra Angélico? ¿Quién dirigió la película Malaventura? ¿Qué novela de Manuel Moyano quedó finalista del Premio Herralde? 

Preguntas que podría contestar quien ha estado con Coll en un camerino de televisión, se ha manifestado en un mitin de Felipe González, ha disfrutado viendo a Santillana correr celebrando goles perseguido por Juanito o Camacho, ha corrido delante de la vaca Marisol, ha tarareado el Still loving you en el campo del Vallecas, ha visto como retocaban el pan de oro de la Virgen María en el Museo del Prado, ha participado como figurante en la película de Gutiérrez Aragón o ha saludado a su autor en la presentación del libro del Imperio de Yegorov.



Aprovecharé mis paseos para abrir la trampilla de los recuerdos a ver si cae algún asunto perdido. Muchos de ellos emergían al mismo tiempo que caminaba escuchando música. Anoto: “fuentes, bares (El Perú, el Pelusa,…), las canadienses, los oficios artesanales” … Espero que conforme vaya desarrollando temas regresen a mi memoria los que se perdieron en el fondo de un wáter químico colocado en una parcela de la huerta murciana.