martes, 17 de marzo de 2015

65.- TAMBORES Y CORNETAS

Dentro de doce días se escuchará por las calles de Cuenca un sonido que pone en alerta los sentidos de cualquier conquense. Le guste o no. A mi me estremece y reactiva. El primer redoble de tambor que sigue al breve toque de corneta pone en marcha mi mecanismo sustentado a base de resoli y torrija.

De chiquitito me acuerdo de que esperaba junto a mi casa, en las escalerillas del Hospital de Santiago, a los primeros acordes que anunciaban la llegada de la Borriquilla. El “proorrponn ponn prrrooorrrrpppooroborobnnnn prrn…” que retumba entre las fachadas de las calles estrechas y bombea el corazón como el de un ciclista en plena subida.

Años después aprovechaba la ventaja de la edad para disfrutar en primera fila de la velocidad de palillos a la que tocaba el principal tambor de la Guardia Civil. Fácilmente identificable con sus gafas de sol destacaba entre el resto por su seriedad y habilidad. Todavía añoro el sonido de sus gaitas.

Aquellos cordones amarillos que sobresalían sobre el oscuro empedrado parecieron heredarlos los integrantes de la banda de Pavía. Sus músicos, jóvenes y apuestos, alegraban la vista de las chicas e incluso se animaban a compartir tragos de resoli con los nazarenos tras la procesión.



Falta hacía que el vacío de la banda de la Benemérita lo ocupara alguien de igual o mayor valía. Se consiguió con ilusión, esfuerzo y, sobre todo, con mucho sacrificio. La banda Amigos de Cuenca acumuló kilómetros de procesiones durante años. Bajo el frío, el calor, el viento, el frío e incluso la nieve. Con llagas en la manos y en los labios, pero con la misma ilusión de domingo a domingo. Sin desfallecer. ¡Cuantas veces los he visto comerse el bocadillo, agotados, en el jardincillo del Salvador entre procesiones los Viernes Santo! Y luego, oírlos desfilar en el Entierro como si fuera el primer día de la semana.

Actualmente han pasado a integrar la Banda de la Junta de Cofradías. El otro día los disfruté en un concierto muy emotivo. Este año estrenan uniforme. El color rojo da paso al negro, pero su sonido sigue siendo impactante. Ya estoy deseando escucharlos por la calles de Cuenca.


(enlace de algunos sonidos:  http://www.jesusamarrado.com/semanasanta.asp?codigo=sonidos)