viernes, 20 de noviembre de 2015

76.- ÍDOLOS CAÍDOS

Siendo niños nos sentíamos identificados con Koji Kabuto, Trampas o Sandokán. Personajes de ficción que resolvían conflictos a base de astucia, coraje y también, por qué no, mediante la fuerza. Es verdad que a veces de manera demasiado violenta.

Años después estos héroes fueron sustituidos por curvas femeninas de gran atractivo y movimientos sexuales. Sin entrar en gustos particulares, Sabrina, Samanta Fox o Marta Sánchez formaron parte de los pósters de la juventud en los ochenta. Otros preferíamos Maribel Verdú o Emma Suárez.

Luego irrumpieron con fuerza deportistas de renombre, protagonistas de gestas inolvidables que marcaban el estado de ánimo de una nación o una ciudad. Algo similar ocurre con artistas, cantantes u otras personas públicas. Nunca esperamos que, con el tiempo, cambien de actitud, se comporten incorrectamente, sean destronados por otros de menor entidad, o incluso sean desposeídos de sus títulos y honores.

En los últimos meses se han producido estas circunstancias. Por unos u otros motivos. Todo un campeón del mundo, foco de muchos chavales, tras tirar en la pista a un rival, ha tirado por tierra mucho de lo que tenía ya ganado. Pese a no ser español le tenía un gran aprecio, pero determinadas actos no pueden ser justificados, y menos negados y manipulados.

Pero lo que de verdad me lleva a titular este capítulo es el reciente fallecimiento de dos ídolos inigualables. Incomparables y únicos. Uno por su talento, su chispa, su candidez y enorme capacidad de hacernos reír. El otro por su fuerza, su potencia y velocidad, capaz de arrollar a varios rivales con tal de plantar el balón tras la línea de fondo.

No os asuste el acertijo. Finalizando el verano se nos fue Daniel Rabinovich. Un argentino con bigote que me ha hecho llorar en cada actuación a la que asistí. Pese a repetir diálogos que me sabía de memoria, mis mandíbulas se resentían al día siguiente. La vinchuca comenzó a formar parte de mi repertorio de sandeces y todavía no la he olvidado como “haya paz”, o "dejame vivir". “La kermesse de los sábados”, "Esther Píscore" y otros de sus innumerables números, tampoco.
No os perdáis esta actuación:

Esta misma semana la falta de salud se llevó a uno de los más grandes jugadores de rugby mundial. Ninguno como él consiguió que este maravilloso deporte llegara a zonas donde no se conocía. Una bestia que cuando cargaba contra sus oponentes los pisoteaba. Un ala de más de 100 Kg a todo tren, desbocado e intimidando a quien se cruzaba en su trayectoria hacia la zona de marca. Hasta que en este mundial Savea consiguió un ensayo de parecidas características, no he conocido a nadie igual sobre un campo de rugby.
La multitudinaria haka con la que le homenajearon sus compañeros de selección es la mejor demostración de respeto que he visto en un funeral.
Acompaño una viñeta bastante descriptiva de su adiós.



Estos son mis auténticos ídolos caídos. Se fueron sin trampas ni desaires.
Gracias a los múltiples vídeos de internet podré seguir disfrutándolos.